Seguir su forma
con el contorno de mis ojos,
la punta de mis oidos,
y descubrir, debajo
del pliegue del silencio,
el matiz absoluto
en las jaulas alargadas de guacamaya,
en la textura irreverente de mi piel,
en los zapatos en bandeja de plata,
entre el pestaññeo, rojo azul y verde,
de cada lampara que se enciende
y proyecta su mirada en la forma
marginal y perfida de mi vida.
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